¿Seremos capaces?

Este artículo está escrito antes de que se celebren las elecciones del 28 de mayo. Por tanto, desconozco quién tiene el honor y la responsabilidad de gobernar nuestros pueblos, los de la zona más oriental de la provincia, digamos por ejemplo, de Úbeda a Villarrodrigo. Por tanto, a día de hoy estarán por constituirse, o recién constituidos los Ayuntamientos y la Diputación Provincial de Jaén.
Comienza una nueva etapa, un nuevo ciclo, una nueva historia por contar pero en la que lo que tenemos claro es que los gobernantes deben procurar que nuestra tierra, “nuestra zona”, tenga más oportunidades. Pero pienso que no todo lo debemos achacar a nuestros políticos. Y es que, ellos son nuestros representantes, por tanto los encargados de regir nuestros deseos como sociedad. Pero esto parece que no nos queda claro… a los ciudadanos, digo.
Porque históricamente, hemos sido una sociedad que no ha puesto encima de la mesa su fuerza e intención para conseguir que zonas deprimidas de nuestras comarcas gozaran de más oportunidades.
Y digo que se ha hecho históricamente porque cuando observamos la pesadísima y larga ejecución de la A32, no podemos por menos que dejar de pensar en aquel gran proyecto, ganado con presión en los albores del siglo XX, que llegó a construirse y que, como por ejemplo el Tranvía de Jaén, duerme el sueño de los justos de lo que pudo ser y no fue.
Me refiero a esa tan ansiada línea férrea Baeza-Utiel que ilusionó a una provincia con un futuro menos blanco y negro y que murió, cuando tenía el trazado ya hecho en los inicios de la democracia. Ahora será una Vía Verde, que es una maravilla, sí, pero lejos de lo que significó como proyecto.
Y como ese, muchos otros que pudieron ser, que se vendieron en campañas electorales, que se prometieron como dinamizadores de esa Jaén rural que en nuestra zona es tan prolífica y de los que sólo se conservan carteles oxidados y mentiras olvidadas.
Una de las cosas que más gusta es buscar culpables… siempre ocurre, más cuando se acercan elecciones.
Los de un partido miran al del otro con el dedo acusador del dijiste que…, y mira que no está… y al revés… y la historia se repite y muchos ciudadanos toman partido en la trifulca, pero otros, los que más pienso yo, miran a un lado y a otro como si fuera un partido de tenis y esperando que terminen para ver si se propone algo. Y lo más importante. Que se cumpla.
Creo que es el momento de las personas. Los grandes partidos deben tener claro que los representantes de los pequeños municipios que gobiernan bajo sus siglas, cuando van a pedir, van a pedir para sus pueblos, para sus ciudadanos, para sus necesidades. Pero eso lo tenemos que exigir nosotros. La política municipal es tan importante que desde abajo se debe construir hacia arriba y sobre eso, cimentarlo todo. Por mucho que lo pienso, es nuestra verdadera responsabilidad la de exigir a los diferentes equipos de gobierno de todas las administraciones que cumplan lo que dicen o que, al menos, se dejen la piel en ello.
Lo que no me queda claro es qué nivel de compromiso tendremos con nosotros mismos para que eso deje de ser una quimera y se convierta en lo habitual. Claro está que por mucho que se haga, nunca será suficiente, pero venimos de un periodo muy largo de falta de responsabilidad con nuestra tierra, por parte de todos, de los políticos de todos los bandos, y por supuesto, de nosotros, de los ciudadanos.
La época del confrontamiento podría ser la de la cooperación necesaria para nuestra provincia y sobre todo para nuestras comarcas orientales. Es difícil, pero… ¿y si lo intentamos? ¿Y si lo exigimos? Aunque sea por nuestros nietos, que han de venir…

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