El inminente avance de la sociedad hace que la cotidianidad del pueblo se replantee. Tal es el cambio que debería sufrir que, un tercio de los actos de nuestra villa, debería ser para el visitante y las comarcas vecinas. ¿El por qué? En un mundo global, lo que menos globalizamos es nuestro pueblo. Un mayor turismo implica un mayor movimiento de personas visitando nuestra localidad, viendo nuestro potencial y generando una mayor corriente económica para el comercio y la hostelería. Es algo que se intenta hacer pero aún falta mucho. Para ello, no sólo basta con proyectar actividades de cara al exterior. Hay que venderlo. Hay que saber hacerlo.
La comunicación no es algo banal. El ayuntamiento, nuestros gobernantes y, por supuesto, el ciudadano deberían plantearse esto: ¿vendemos una buena imagen de nuestro pueblo?
Las redes sociales municipales, se podría decir, se limitan a las concejalías de cultura, juventud y turismo. Una vez a la semana deportes, una vez al año a escuela de familias de servicios sociales y, de forma anecdótica, al resto de concejalías. Una buena comunicación de las actividades de Villanueva del Arzobispo en redes sociales, no sólo de las concejalías que monopolizan las redes sino del resto, hacen que el ciudadano local vea la verdadera actividad municipal, que el villanovense migrante presuma de la grandeza de su pueblo natal y que el resto de personas vea a Villanueva del Arzobispo con otros ojos. En Villanueva del Arzobispo se construye, formamos a ciudadanos, educamos a los más jóvenes, ayudamos a los vecinos, nos alimentamos de la cultura, mimamos al visitante, crecemos en deporte y disfrutamos de nuestro comercio y riqueza en hostelería. ¿Por qué privar al resto del mundo de algo tan bueno?
Nuestros gobernantes deberían plantearse que las redes no son para “yo hago, me luzco y yo prometo para ganar de cara a unas elecciones”, sino para “yo planteo y dirijo para crecer, mejorar y vendernos nosotros”. Si el dirigente cambia la perspectiva de comunicación, la visión que tendría el ciudadano sería muy distinta y todos sumaríamos para un mejor crecimiento del pueblo. Ese sería el primer paso: La humildad.
Pero no todo queda en eso, mi querido lector. Falta algo aún más importante que el Excmo. Ayuntamiento y el gobernante. Hablamos del ciudadano, tanto del que vive en Villanueva como del que dejó de vivir en ella. Si nosotros mismos no dejamos de criticar, comentar de forma negativa y decir “es que en Villanueva no se hace nada” o el clásico “Que pena de mi pueblo”, ¿cómo vamos a venderlo? Si sólo fotografiamos, grabamos y hablamos de lo malo y no de lo bueno, si no dejamos de publicitar los sucesos anecdóticos, no cesamos de fijarnos en el exterior dando de lado a lo nuestro y hablando de forma negativa ¿qué esperamos qué pase? No por comentar negativamente más una foto de la localidad, vamos a solucionar nada. Las redes sociales
Querido lector, recuerde: No es lo que vendemos, es cómo lo vendemos. Villanueva es mucho más que lo que se proyecta en Facebook e Instagram.
